martes, 26 de agosto de 2008

El témpano


Aveces, cuando pienso que todo está perdido,
voy hacia una de las formas de la muerte,
me pego un tiro con una palabra
que alguna vez me fue tan transparente.


Y en la ternura del agua que corre
te recuerdo en la llegada de unos trenes,
sales de los mares, curvas de los puertos,
con mujeres descalzas en el verde.


Voy hacia el fuego como la mariposa,
y no hay rima que rime con vivir...
no te pares, no te mates,
solo es una forma más de demorarse.


Y en las tardes tranquilas, cuando extraño todo,
pienso que todo no es lo que perdí;
una rosa de fe, aún a costa de perder, se pierde pero se gana.


La lucha es de igual a igual contra uno mismo,
¡y eso es ganarla!
No te pares, no te mates, solo es una forma mas de demorarte.


Recuerdo la quietud de la tierra, la quietud estaba adentro;
se cree más en los milagros a la hora del entierro.
"Este hombre trabajó, ¿quién escribirá su historia?"
La cal reseca, la viuda que sueña, los amigos que siguen igual,
la gloria en zapatillas, el florero vacío,
quién sabe si se puso a pensar; ¿para qué vivo?
¡Vivo para no perder!


Voy hacia el fuego como la mariposa,
y no hay rima que rime con vivir.
No se paren, no se maten, sólo es una forma más de demorarse...
No se paren, no se maten, sólo es una forma más de demorarse,
sólo es una forma más de demorarse...

Jorge Fandermole (Interprete: Juan Carlos Baglietto)

lunes, 11 de agosto de 2008

20 poemas de amor y una canción desesperada


POEMA 6


Te recuerdo como eras en el último otoño.

Eras la boina gris y el corazón en calma.

En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo.

Y las hojas caían en el agua de tu alma.


Apegada a mis brazos como una enredadera,

las hojas recogían tu voz lenta y en calma.

Hoguera de estupor en que mi sed ardía.

Dulce jacinto azul torcido sobre mi alma.


Siento viajar tus ojos y es distante el otoño:

boina gris, voz de pájaro y corazón de casa

hacia donde emigraban mis profundos anhelos

y caían mis besos alegres como brasas.


Cielo desde un navío.

Campo desde los cerros.

Tu recuerdo es de luz, de humo,

de estanque en calma!

Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos.

Hojas secas de otoño giraban en tu alma.