lunes, 19 de octubre de 2009

¿La conoces?


Una luz me encegueció sorpresivamente,
era ella
¿no la has visto tú?
La de la sonrisa cálida,
la de la mirada triste.
No es difícil reconocerla
pues es única.
En su rostro y en sus manos
se observan las marcas que ha dejado
el tiempo.
¿no te la has cruzado en el camino?
Si te fijas
tal vez la veas en los innumerables senderos
de esta inmensa jungla.
Sus cabellos llevan señales de muchas vidas
y en su caminar apacible
se esconde una pesada carga,
que guarda en secreto el cansancio.
¿Sabes acaso quién es?
Está aquí, allá,
en todas partes.
Ayer, ahora, mañana... siempre.
Es una sola
y a la vez muchas otras.
Su rostro y sus manos
llevan las marcas
que ha dejado el tiempo,
pero la luz que rebosa de su alma
resplandece eternamente.

A MIS MADRES... GUSTAVO.-

No hay comentarios: